En los últimos años se ha estado hablando con frecuencia de innovación. ¿Es acaso otra moda dentro del mundo empresarial? o ¿es realmente innovar una necesidad para competir y permanecer en los mercados?
La innovación es muy antigua. Desde tiempos inmemoriales el hombre ha buscado como atender sus necesidades y resolver sus problemas, y desde su punto de vista. Modernamente, los individuos mayoritariamente esperan que otros estudien y les busquen soluciones para poder alcanzar mejor calidad de vida. Es en este punto, donde las organizaciones de cualquier sector, entienden que aprovechando esta circunstancia pueden conseguir beneficios económicos y de competitividad.
La pregunta que muchas organizaciones se hacen es ¿Cómo me convierto en una organización innovadora? La respuesta es sencilla: utilizando un proceso trabajado en forma sistemática y acelerada, que vaya más allá de un producto que surja por casualidad o por alguna coyuntura económica.
Existen diversos modelos de innovación ágil que se aplican actualmente, con algunas diferencias, pero con el mismo objetivo: que las organizaciones puedan generar nuevo valor o crecimiento económico, a través de la satisfacción de las necesidades de los clientes, en el menor tiempo posible.
En la medida que las organizaciones decidan iniciarse en este mundo, y lo internalicen como parte de su saber hacer, en esa misma medida serán más competitivas y se diferenciarán en el mercado.
Marianela Finol
NEOS ASESORES